Actividad 3, Tema 2: Reflexión de película

PELÍCULA: KARATE KID 

1. Reflexión acerca de la película: 

Esta película, una adaptación de la original del año 1984, nos enseña cómo un niño que empieza una nueva vida en China puede llegar a tener seguridad en sí mismo a través de una relación profesor-alumno muy positiva, lo cual es necesario para que el alumno vaya adquiriendo confianza en muchos de los ámbitos del día a día.

El niño acaba siendo acosado por un alumnos que tiene varios seguidores en su pandilla, todos ellos aprendices de artes marciales.

Podemos observar que se llevan a cabo varios tipos de acoso escolar:

- Acoso físico: ya que, el acosador, utiliza sus dotes en el kárate para atemorizar a la víctima, y, como hemos mencionado anteriormente, el acosador, siempre está acompañado de varios amigos que alaban e incitan estas agresiones, por lo tanto, podríamos considerar que este alumno es el líder y el más fuerte del grupo.

- Acoso social: el agresor intenta hacer que la víctima no tenga relaciones con una chica que intenta ser su amiga, esto lo consigue a través de amenazas. La víctima, al ser “diferente” a los demás, no consigue tener muchos amigos por lo que, en la mayoría de las escenas, no se le ve acompañado de niños de su edad.

- Acoso verbal: a través de amenazas y burlas, el acosador hace que la víctima tenga miedo a la hora de ir al colegio o encontrárselos por la calle, lo que, finalmente, hace que el niño tome la determinación de querer emprender clases de kárate para enfrentarse a ellos.

El maestro hace que el alumno considere que el kárate no es una forma de venganza, sino de autocontención, de seguridad en uno mismo, de meditación y reflexión, estos son muchos de los valores que podemos aprender en los deportes.

Al finalizar, cuando el acosador y la víctima se enfrentan en un torneo de kárate y el primero pierde, los alumnos de la escuela en la que estaba el acosador, se dan cuenta de que su maestro les estaba inculcando unos valores de ira, venganza, trampa, etc. Por lo que deciden ser discípulos del profesor que enseña a la víctima.

2. Propuesta de aplicación práctica: 

Para obtener una buena convivencia en el aula debemos consolidar las relaciones profesor-alumno a través de tutorías grupales y tutorías individuales, así se podrá llegar a ganar la confianza de los alumnos y enseñarles que el profesor no es el enemigo.

A través de actividades grupales podremos evitar situaciones de rechazo, actividades que puedan incluso hacerse en las propias asignaturas, por ejemplo, ponerse en grupos de 4 alumnos para recordar las lecciones que se han dado hasta ahora y ver que puede aportar cada alumno.

También actividades de cambio de rol, en las que los alumnos se pondrán en el lugar del otro, estos roles irán rotando a lo largo de la clase con todos los alumnos, así todos podrán conocerse más entre ellos, saber que sienten y, finalmente, una vez que hayan estado todos con todos, exponer las emociones que han tenido a lo largo de la actividad.

Otra actividad que podremos llevar a cabo es un estudio de casos, en grupos, los alumnos tendrán un caso de acoso y deberán tratar de identificar los problemas y poner una solución, al finalizar la actividad, se realizarán las puestas en común y todos podrán participar en un debate en el que se decida si cada caso necesita añadir algo o no.